Vivimos para...
Cada Carmelita Descalza debe:
buscar en su corazón el
canto del Amado
que la atrae y la enamora.
Para eso se va al Carmelo.
Para ser sola de Él y de
nadie más.
Su ofrenda hecha desde el desprendimiento
Su ofrenda hecha desde el desprendimiento
de su alma en plena
libertad,
ha de renovar su amor al
Amado
un número ilimitado de
veces
a cada instante de su
vida.
No vive sino para amar a
Jesús.
La oración es diálogo con el Señor,
La oración es diálogo con el Señor,
es intimidad y amistad...
por eso la Carmelita
dedica dos horas especiales
cada día para hablar con Él.
Pero toda la vida
del Carmelo
es vida de oración...
se le piensa, se le
respira a cada paso.
Su Presencia lo llena todo.